jueves, 14 de enero de 2010

El libro del cementerio

El libro del cementerio.

Neil Gaiman.

Reseña de: Santiago Gª Soláns.

Roca editorial. Col. Rocajunior. Barcelona, 2009. Título original: The Graveyard Book. Traducción: Mónica Faerna. Ilustraciones: Chris Riddell. 293 páginas.

Neil Gaiman vuelve a navegar con acierto dentro de la Literatura Juvenil y, como ya hiciera en Coraline, lo hace sin renunciar ni un ápice de su particular cosmogonía y estilo temático. Así, El libro del cementerio pertenece abiertamente al género del terror ─aunque beba a su vez de muchos otros─ desde el mismo principio en que un niño pequeño, apenas un bebé, huye de su casa perseguido por un brutal personaje que acaba de asesinar a sus padres y a su hermana mayor, y se refugia en un cementerio donde será adoptado por los fantasmas que lo habitan. Un curioso morador del lugar, Silas, un individuo que no está vivo pero tampoco muerto, poseedor de ciertos poderes psíquicos y que solo sale de noche, se convertirá en su tutor y le dará nombre: Nadie, porque es un niño que “no se parece a nadie”. Nadie Owens, apellido del matrimonio fantasma que lo adopta como hijo, crecerá en el antiguo cementerio ─que ya hace bastante tiempo se convirtiera en una reserva natural en detrimento de su función original, pero sin retirar las tumbas─ rodeado del mundo paranormal, de espectros a cada cual más extraño y ansiando en ocasiones salir a un exterior idealizado que le está vedado mientras la amenaza del asesino de su familia, el Hombre Jack, permanezca activa.

El autor, como ya ha demostrado en numerosas ocasiones, es un maestro en la creación de atmósferas. Mediante un lenguaje y una narración algo más sencillas que en sus novelas «adultas», consigue impregnar cada página de un sabor especial, de una fascinación por lo que está sucediendo y por dónde está sucediendo que hace que se devore el libro, capítulo tras capítulo hasta el agridulce final, sin apenas reposo. Y eso que su estructura interna, que convierte cada uno de esos capítulos en un cuento casi independiente dedicado a un periodo concreto del crecimiento de «Nad», invita a una lectura más reposada de cada uno de ellos, paladeando cada historia con tranquilidad y disfrutando de cada aventura por separado; aunque, confieso, es difícil esperar tanto, dejar pasar el tiempo entre uno y otro, y así la lectura dura un suspiro ─de satisfacción, eso sí─. Como libro infantil-juvenil lo que Gaiman narra no deja de ser bastante previsible (desde una óptica adulta, por supuesto), pero la forma de narrarlo, el cariño que destila cada página y cada personaje, lo aleja de otros libros similares de esta categoría. La imaginación desborda en cada situación y descripción, y Gaiman consigue con una apariencia de increíble sencillez unir el mito antiguo con lo nuevo ofreciendo al lector una experiencia francamente interesante.

El autor parece, no obstante, muy consciente del público al que se dirige en esta ocasión y factura una historia sin excesivas complicaciones ni giros rompedores. El libro del cementerio se encuentra narrado mucho más en “blanco y negro” que otras de sus obras anteriores; el bien y el mal se encuentran perfectamente definidos a pesar de que la forma de actuar de las criaturas que se encuentran a uno y otro lado de la línea no siempre se corresponden con la naturaleza habitualmente aceptada en su versión más clásica ─los fantasmas son, mayoritariamente, encantadores. Los ghouls, a pesar de provocar escalofríos de miedo, tienen algunas de las escenas más hilarantes del libro. Los licántropos no son en absoluto lo que parecen en un primer vistazo…─. El caso más evidente es el del propio Nadie; Gaiman se sirve de la excusa de su infancia en el cementerio, de su falta de contacto con el exterior, para dotarlo de una personalidad que se antoja demasiado plana: el chico siempre es bueno, carece de cualquier tipo de malicia, siempre busca hacer lo correcto y su inmensa curiosidad tan solo busca iluminación, conocimiento sobre el mundo que le rodea, y nunca causar daño. Siempre es amable y reflexivo, siempre está lleno de esperanza y no se deja llevar por el desánimo, siempre hay una luz para él brillando en lo más oscuro para mostrarle el camino correcto. Y en el caso de que sus acciones involuntariamente lleguen a provocar algún perjuicio, siempre está dispuesto a reconocer su culpa e intenta reparar el fallo. No hay doblez, no hay malicia, no hay doble juego, ni engaño, ni segundas intenciones, ni falsedad en Nad. Es, quizá, demasiado virtuoso y, aunque supongo que la intención era presentar al joven lector una figura ejemplarizante, tal vez ese lector lo pueda encontrar con un puntito de ñoñería, siendo sin embargo este el único defecto «grave» que se puede achacar a la novela.

El libro del cementerio navega entre la historia de terror y la aventura del crecimiento del chico en un entorno extraño, plagado de misterios y amenazas, de seres primigenios que aguardan al destino en antiguas criptas, dotándolo con un toque de locura surrealista ─la danza macabré es un capítulo genial, que embarga de nostalgia y rompe los esquemas preconcebidos─ y un humor algo oscuro que termina siendo muy inocente. La novela narra el tránsito de la infancia a la adolescencia de Nad, dedicando cada capítulo a un episodio concreto, casi independiente del resto (de hecho, el propio autor reconoce haberlos escrito desordenadamente, detalle que se nota en algunos momentos en el estilo, desigual en ocasiones) y donde se van presentando nuevos personajes y nuevos retos que superar y con los que ir construyendo la personalidad del muchacho de cara a enfrentarse a la amenaza que oscurece su futuro. Cada vez que Nadie abandona el cementerio se ve abocado a un peligro desconocido, pero siempre presente; sin embargo su voluntad demostrará ser más fuerte que cualquier amenaza, y su deseo de vivir, de conocer, se verá enfrentado a la inmovilidad y a la falta de cambios en la “sociedad” de los fantasmas. Al final, para crecer hay que abandonar la infancia, la seguridad del nido, por mucho que el proceso pueda doler.

Existe en ello una ambivalencia curiosa, por un lado la honestidad con que Gaiman trata a sus lectores más jóvenes, mostrándoles un mundo que puede ser cruel y aterrador, lleno de sombras y amenazas, pero a un tiempo dotándolo de personajes sin apenas matices de gris. De todas maneras, está claro que esta dicotomía no es impedimento para que la novela haya recogido ya un buen número de premios importantes ─el Newbery, el Hugo─ y que se haya confirmado que Neil Jordan la adaptará al medio cinematográfico.

El libro del cementerio es una lectura inquietante a ratos, conmovedora, sugerente, nostálgica, divertida, oscura, dolorosa, amable y hermosa. Y sobre todo muy evocadora gracias a las vívidas imágenes con las que el autor puebla el texto. Un texto que viene acompañado en la edición de Roca de las descriptivas ilustraciones de Chris Riddell, en detrimento de las más inquietantes que Dave McKean hiciera, con un carácter sin duda más adulto, para una de las dos versiones anglosajonas. Quizá esta no sea la mejor o más «redonda» obra de Gaiman, pero sin duda consigue descollar por encima de la gran mayoría de novelas que compiten en su «liga». Recomendable para jóvenes lectores y para los adultos que quieran recuperar o todavía conserven parte de su niñez. Yo la he disfrutado mucho.

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Otras reseñas de obras del autor:

Los hijos de Anansi.

Coraline.

El cementerio sin lápidas y otras historias negras.



7 comentarios:

roberto dijo...

Estupenda reseña, Santi. Me leeré el libro en breve. Un Gaiman es un Gaiman.

Santiago dijo...

Gracias por el elogio, Roberto. Como, creo, se trasluce por la reseña a mí personalmente el libro me ha gustado y es cierto lo que dices, un Gaiman es un Gaiman, y merece la pena leerlo.

Último Íbero dijo...

Pues a ver si me gusta. Tras leer la reseña me he decidido a comprarlo. :)

neilabbott dijo...

Hola! estupenda reseña! yo lo tengo en las dos ediciones, una porque me la compré y otra porque me la regalaron! y he de decir que de todos los libros de Gaiman este es el único que no me enganchó, les tengo cariño por las ilustraciones pero por la historia poco, esperaba mucho mas de él!
Me acabo de leer Objetos Frágiles, recomendable! sobretodo por "El monarca de la cañada" la secuela de "American Gods" y ahoa estoy esperando a conseguir THE SANDMAN: EL LIBRO DE LOS SUEÑOS!. gracias por la reseña también, me has calmado al ver que a ti te gusto y que tienes una opinion positiva ya que no estaba seguro de si me iba a gustar o no... por eso de k no sea Gaiman el que escriba los relatos.!

Santiago dijo...

Hola neilabbott.

Lamento que no disfrutaras de este libro, a mí me gustó mucho.

Y solo puntualizar que la reseña de "The Sandman: el Libro de los Sueños" no es mía, sino de Alb. Al César lo que es del César ;-)

Un abrazo

Anónimo dijo...

hola , te quería pedir si me puedes decir estas cosas sobre el libro:
1.Tipo de narrador.
2.Conflicto principal.
3.Partes del libro.
4.Descripción física de los personajes.
5.Descripción psicológica de los personajes.
6.Ambiente en el que se desarrolla la historia.
Las e buscado en internet , pero no me aparece nada , te lo agradecería ,mucho si me las dices . Muy buena reseña sobre el libro. :D

Santiago dijo...

Hola, anónimo.

Muchas gracias por la felicitación por la reseña. Lamento decirte que no dispongo del tiempo necesario para realizar semejante trabajo estudiantil que me solicitas, lo siento.

saludos.