viernes, 31 de enero de 2014

Reseña: Nemo, Corazón de Hielo

Nemo, Corazón de Hielo.

Guión: Alan Moore.

Dibujo: Kevin O’Neill.

Reseña de: Alb Oliver.

Planeta de Agostini Cómics. Barcelona, 2014. Título original: The League of Extraordinary Gentlemen. Nemo Heart of Ice. Traducción: Diego de los Santos. Libro cartoné, color. 64 págs.

Cuando me enteré de la existencia de este cómic, me encantó la idea, una aventura en solitario del Capitán Nemo, de La Liga de los Caballeros Extraordinarios. Luego descubrí que en efecto, así era, pero no el Nemo que yo esperaba. Alan Moore decidió que fuera Janni Dakkar, la hija del capitán que apareció en “The League of the Extraordinary Gentlemen 1910”.

Para no desentonar con la tónica de estas sagas, volvemos a encontrar infinidad de referencias a grandes obras literarias, (aunque al estilo de Smax The Barbarian he visto una que me ha dejado descolocado, en una viñeta aparece un perro homínido similar a Dartacán, sí, el de los Mosqueperros).

La historia viene a ser la siguiente, la tripulación del Nautilus se encuentra saqueando a cierta deidad derrocada bastante conocida, lo que lleva a la Capitana Nemo a encontrar nuevos retos, pues se encuentra hastiada de la rutina pirata. En un afán de superar la leyenda de su padre, decide embarcarse en una expedición que el propio Capitán Nemo dejó inconclusa, tal cual puede leer en sus diarios. 

El viaje de Nemo no fue otro más que a la Antártida, y parece que allí se encontró con dificultades extremas, por lo que parece ser un viaje idóneo para que Janni pueda lograr su deseo de superar la sombra de su padre para crear su propia leyenda (y la carga psicológica que supone, pudiendo interpretarse como un Edipo femenino).

A las dificultades que supone un viaje a la Antártida (más en 1925, y más en un mundo literario en el que lo extraño es el vivir diario) hemos de sumar la persecución de varios científicos que contratados por cierto magnate americano (si digo “Rosebud”, ¿os dice algo?) que tiene bajo su cuidado a la deidad a la que robaron al comienzo de la historia, por lo que pretenden recuperar lo robado y vengarse de los perpetradores.

Ya en el Polo Sur, los tributos a la literatura fantástica se multiplican, encontrándose con civilizaciones extrañas, escenarios conocidos, y alguna que otra entidad bastante versionada en el ámbito cinematográfico.

A destacar como siempre el dibujo de Kevin O’Neill, en ocasiones muy recargado, que te obliga a examinar cada viñeta para ver si puedes reconocer la más mínima referencia, que a pesar de poder resultar feo o simple, sigo pensando que es el idóneo para estas sagas.

En cuanto a la historia, el mayor defecto que le puedo encontrar viene a ser la progresión temporal. Los eventos parecen acumularse uno tras otro, dándote la sensación de que todo lo ocurrido pasa en una tarde en lugar de varios días como supondría semejante expedición.

El resultado de la misma presenta un avance en el desarrollo de Janni, se podría decir que madura o aprende en lo referido a la carga que le supone ser quien es, tanto por su apellido como por su cargo.

Por lo demás, se disfruta completamente de la historia, y si se desconoce algún personaje o referencia, aún le dedicas más tiempo intentando localizarlas en la web.
Como viene siendo habitual, el tomo se acompaña con una narración inspirada en los personajes, (también cargada de referencias) en la que podremos conocer el punto de vista de una periodista invitada al matrimonio de la hija de la capitana, que sirve para ambientar Isla Lincoln, lugar donde la Capitana tiene su base. Por ello, podemos ver la idílica visión pseudo-anárquica que Moore tendría de una sociedad de maleantes.

Quizás para recomendarla a un nuevo lector pueda parecer una obra densa, pero sabiendo lo que hay en cuanto al estilo de Alan Moore, no supone ningún reto, Obviamente, para quienes ya conoce las entregas anteriores, se presenta como un antojo que pueda saciar el querer leer más historias de una colección más que interesante.


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