martes, 30 de diciembre de 2014

Reseña: Terra Nova 3

Terra Nova 3.
Antología de ciencia ficción contemporánea.

VV.AA. Sel. Mariano Villarreal.

Reseña de: Santiago Gª Soláns.

Fantascy. Barcelona, 2014. Traducción textos extranjeros: Manuel de los Reyes / Mª Pilar San Román / Juan Carlos Pavón / Javier Altayó / Raíl García Campos. 478 páginas.

Esta es esa antología que cualquier lector de ficción especulativa que se precie debe leer sí o sí. Y no es que todos los relatos rocen la excelencia, no es oro todo lo que reluce, pero una gran mayoría de ellos, desde luego, destacan por su calidad, imaginación, factura y sentido de la maravilla. Y todos ellos, cuando menos, están muy bien escritos. Esta tercera antología de Terra Nova, segunda en Fantascy, ha conseguido de las manos de su seleccionador, Mariano Villarreal, un equilibrio remarcable, tanto en temática, orientación y estilos como en torno al reparto entre autores nacionales y extranjeros —con unas cuidadas traducciones, recurriendo a los traductores habituales de cada uno de ellos y acudiendo siempre a la versión original, algo muy de agradecer en casos como el de Liu Cixin—. Dicho esto aquí podría terminar perfectamente la reseña, con la simple recomendación de no dejarla pasar, pero quedaría un poco deslustrada —y corta—. Así que parece menester escribir un poco sobre cada relato.

Paolo Bacigalupi
Abre la antología Paolo Bacigalupi con su distópica El jugador; y lo hace dando cuenta de la enorme calidad que va atesorar el volumen, pues incluso sin ser de lo mejor de este autor, se trata de un cuento realmente destacable. Un relato que aúna las advertencias sobre los peligros que acechan al medio ambiente, los cambios climáticos y ecológicos, con la denuncia social, los peligros de la globalización y la trivialización de la ética periodística al albur de los gustos de la «masa». Ong, exiliado del totalitario Reino de Laos y refugiado en suelo estadounidense, trabaja como periodista en una página web donde lo importante es el número de seguidores que consigue cada noticia lanzada a «La Vorágine», cuanto mayor mejor. Pero a él no le interesan las noticias sensacionalistas que arrasan entre el público, sino aquellas con contenido real: los problemas ecológicos, la crítica política, la denuncia de la injusticia social…, noticias con muy escaso seguimiento en la red. Sus convicciones se verán duramente atacadas cuando deba decidir entre mantener sus principios o rendirse a los dictados de La Vorágine para no ser despedido. Intenso, cercano y muy real.

Ken Liu
A continuación Mono no aware, de Ken Liu, ofrece una prosa de gran poder evocativo —y una traducción a la altura, todo hay que decirlo—. Tras un cataclismo que destruyó la Tierra, Hiroto es un joven japonés a bordo de una nave generacional, la Esperanzada, donde viajan algunos de los supervivientes de la humanidad rumbo a una lejana estrella llamada 61 Virginis. Liu narra tanto su vida «actual» en la nave como el momento de su infancia marcado por la inminente amenaza del asteroide que se acerca implacable y la forma cómo consiguió plaza en el viaje interestelar. Un conmovedor relato de supervivencia, de desarraigo, de sacrificio y de esperanza aún en la más oscura de las situaciones. Simplemente hermoso.

Después de la intensa emoción del anterior La cuerda es el mundo, de China Mieville, deja un tanto frío. El relato del auge, construcción, alzamiento y decadencia del sistema de ascensores espaciales —o al menos de alguno de ellos— que circundan la Tierra, siendo interesante y estando muy bien narrado —algo nada sorprendente en este autor—, hubiese necesitado una mayor implicación, una historia más humana y algo de trama, para terminar de conquistar. Ameno y bien construido, se antoja no obstante que se trata de la creación de un escenario, de la magnífica ambientación para una historia mayor, y no un cuento en sí mismo. Con potencial, pero falto de desarrollo.

Y un frío intenso es también el que transmite La próxima vez que se desate la tormenta sobre nosotros, de Emilio Bueso. Con una escritura sobresaliente, el autor va narrando el intrigante, y algo aterrador, periplo de unos ancianos en un mundo, una futura y algo post apocalíptica Goenlandia, de viento, nieve y hielo que, lamentablemente, termina en un triste «chiste» a costa de nuestra historia reciente y a las declaraciones de algún político poco «inspirado». Con un humor negro y su sarcasmo y «mala leche» habituales, crea una muy sugerente atmósfera, con una firme denuncia del cambio climático y del calentamiento global, pero todo el trabajo es para nada debido a un cierre decepcionante.

Eduardo Vaquerizo
M34, de Eduardo Vaquerizo, da cuenta de cómo, a través de la cibernética y la investigación protésica, la frontera entre lo natural y lo artifical se difumina. Implantes e inteligencia artificial mejoran la vida, llegando a «curar» terribles heridas, aunque también pueden complicarla, como demostrará la investigación de unos brutales asesinatos. En un tiempo en que la personalidad puede modificarse a voluntad y la robótica y las neuroprótesis están al orden del día, la protagonista debe investigar la adecuación para el trabajo policial del detective Roberto Lezcona, quien herido en servicio y debido a una gran pérdida de masa cerebral recibió una prótesis neural, algo que podría afectar a sus reacciones frente a situaciones inesperadas o de riesgo. La protagonista se verá involucrada en una de las investigaciones de Lezcona, donde lo humano y lo artificial se verán enfrentados en la fina línea que marca los límites de la ética en la investigación científica y tecnológica. Navegando entre la especulación y el noir el autor despunta con un gran relato.

En Prolang, de Ricardo Montesinos, la creación de un nuevo lenguaje crea a su vez una nueva forma de razonar y de pensar, mucho más eficaz, en sus usuarios, aunque no es algo que vaya a traerles la felicidad precisamente. Dos universitarios se apuntan a clases de «prolang», un lenguaje artificial basado en criterios pura y estrictamente racionales que parece mejorar la comunicación y las capacidades intelectuales. Pasado un tiempo los dos jóvenes se casan y tienen un hijo al que educarán con el prolang como lengua primaria, lo que llevará al muchacho a un desarrollo inesperado. Heredero de una larga tradición de ficción especulativa lingüística basada en la idea de que el lenguaje con que un individuo crece marca la percepción que el mismo tiene del mundo, el relato no termina de funcionar en todos sus aspectos, pero no deja de plantear un tema ciertamente interesante y, posiblemente, estremecedor.

Liu Cixin
¿Quién cuidará de los dioses?, de Liu Cixin, la primera traducción al español de un relato del autor, directamente del mandarín, es un divertido cuento, casi perteneciente al esperpento que, sin embargo, habla al corazón del cuidado y el respeto a los mayores. Un día, sin aviso previo, un buen número de naves alienígenas se sitúan en órbita geoestacionaria sobre la Tierra. Al mismo tiempo miles de ancianos con sucias túnicas y largas barbas empiezan a aparecer por todas las ciudades del planeta. Dicen ser los ancestros de la humanidad, sus creadores en realidad, y tienen pruebas para demostrarlo. Han venido para pasar aquí sus «últimos» días, y cada familia humana deberá acoger, al menos, a uno de ellos. El relato se centra en la familia de Quiusheng, dando cuenta del paso de la inicial euforia creada por las promesas tecnológicas que los recién llegados traen con ellos al creciente desencanto y reprimida furia cuando esa tecnología se demuestra inalcanzable y los ancianos totalmente torpes e inútiles —no saben manejar ningún aparato ni realizar las tareas más básicas, no producen…—  pronto se convierten en una carga debido al coste de mantenerlos. Con un tono decididamente divertido aborda sin embargo un tema tan importante como es el de la relación que los «jóvenes» establecen entre el valor de los conocimientos que aportan los ancianos y el coste de su mantenimiento. El humor no oculta su profundidad.

Le sigue Policía del karma, de Jorge Baradit, un relato muy breve, pero realmente intenso, donde un joven e inexperto agente participa en la detención de un criminal «fugado», mientras se va mostrando de forma impactante, visceral, la forma en que en el futuro se impondrá justicia entre los criminales convictos, unas condenas que irán más allá de la vida misma. Trepidante, duro, con alguna imagen impactante y un buen pulso narrativo, la poca consistencia del tema de la premisa central —que es el quid del cuento, con lo que no resulta conveniente descubrirla aquí—, hace que resulte, no obstante, flojo e insulso dentro del conjunto de la antología.

Paul J. McAuley
La decisión, de Paul J. McAuley, muestra un futuro cercano donde el cambio climático, unido a otras variables, ha cambiado las costas de Gran Bretaña —y del resto del mundo, es de suponer— debido al ascenso del nivel del mar, la economía mundial ha colapsado y los extraterrestres han llegado a la Tierra aparentemente con intenciones benignas. Dos jóvenes amigos de muy distinta personalidad, Lucas y Damian, remontarán las peligrosas aguas cercanas a la ahora costera Norwich para asistir al espectáculo de un dragón varado en los bajíos, una nave alienígena supuestamente dedicada a la limpieza de la contaminación de los mares, pero que muy bien podría contener otros secretos. Un relato que advierte de una posible futura catástrofe medioambiental con una intensa historia de amistad y desacuerdo. Con relatos como este es de lamentar una vez más que La Factoría dejara inconclusa la edición de su trilogía de La Confluencia.

El siguiente relato, Ánima, de Sofía Rhei, fue el ganador del concurso organizado por la editorial y cuyo premio era precisamente su publicación en este volumen. En un futuro distópico donde las hipermutaciones, causadas precisamente por la intensa manipulación genética para obtener fetos «a la carta», han llevado a la práctica desaparición de los embarazos «naturales» en pos de los transgénicos, todos los nuevos bebés son diseñados tanto para satisfacer el gusto estético de sus progenitores como para encontrarse libres de enfermedades y taras, algo que convertirá la reproducción en un asunto realmente caro. Los nacimientos naturales son extremadamente raros, y los habituales transgénicos la norma. Rhei plantea un futuro aséptico, frío, controlado, mecánico, con una extrema separación de clases sociales, donde los sentimientos y el amor, tanto romántico como paterno-filial, no parecen tener cabida… ¿o sí? Empieza bien, pero, con un ritmo algo irregular, va desinflándose hacia el final, donde la premisa subyacente termina resultando algo forzada, aunque no exenta de un fuerte atractivo reflexivo. El cambio que se produce en la protagonista, Ánima, de una frustrada genetista dedicada al diseño y la reproducción artificial de los hijos de aquellos que pueden permitírselo a una especie de heroína de acción con las más variadas capacidades no termina de resultar creible, pero la historia subyacente, la implícita crítica social, el valor de la maternidad y la denuncia del uso nada igualitario de la tecnología, tiene la fuerza suficiente como para mantener vivo el interés del relato. Acertado.

Miguel Santander
El volumen se cierra por todo lo alto con La epopeya de los amantes, de Miguel Santander, sin duda uno de sus platos fuertes. Se trata de una novela corta, ganadora del Premio UPC 2012. Tras un breve prólogo, la narración se encuentra dividida en dos partes estilísticamente muy diferentes. La primera presenta, de forma arcaizante, una oscura leyenda sumeria inscrita en unas tablillas de arcilla. La segunda parte, con una prosa más actual llena de guiños literarios y científicos, resulta ser parte de un diario perdido del inventor Nikola Tesla, donde el lector descubrirá cómo las tablillas, y la traducción, llegaron hasta nuestro presente. Dos líneas temporales que terminan proyectando luz y sombra la una sobre la otra, una maravillosa historia que tiende un puente a través de cinco mil años tan sorprendente como gratificante. Un cierre perfecto y satisfactorio.

Al igual que las dos anteriores entregas, esta antología aúna variedad y calidad para ofrecer unas muy agradables lecturas que no pueden dejar pasar aquellos que se consideren aficionados a la ficción especulativa; siendo muy adecuada, además, para cualquier lector que sienta curiosidad por lo que se está cocinando actualmente en el género. Con un acertado equilibrio entre autores punteros y nombres que apenas empiezan a despuntar, con historias divertidas y dramáticas por igual, con aventura y reflexión sobre un futuro que se advierte a la vuelta de la esquina…, Terra Nova 3 es, sin dudarlo, una obra muy recomendable. ¿Para cuándo el cuarto volumen?

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Reseñas de obras relacionadas:
    Terra Nova, volumen 1. Antología de ciencia ficción contemporánea. Sel. Mariano Villarreal / Luis Pestarini.
    Terra Nova, volumen 2. Antología de ciencia ficción contemporánea. Sel. Mariano Villarreal / Luis Pestarini.

    Cuentos para Algernon. Sel. Marcheto.

Bacigalupi, Paolo:
    La chica mecánica.
    El cementerio de barcos.
    La bomba número seis y otros relatos. 


Miéville, China:

Bueso, Emilio:
    Diástole.

Rhei, Sofia:
    Flores de sombra.
    Savia negra. Flores de sombra 2.

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