miércoles, 26 de abril de 2017

Reseña: El zoo de papel

El zoo de papel y otros relatos.

Ken Liu.

Reseña de: Santiago Gª Soláns.

Alianza editorial. Col. Runas ciencia ficción y fantasía. Madrid, 2017. Título original: The Paper Menagierie and Other Stories. Traducción: María Pilar San Román.541 páginas.

Prolífico y multipremiado autor de relatos, que en español conocimos gracias a las antologías Cuentos para Algernon y Terra Nova, este volumen recoge quince de sus más destacadas obras breves. En todas ellas permanece un sustrato fantástico, ya sea de ciencia ficción especulativa, fantasía histórica o mitológica, realismo mágico, thriller tecnológico o leyenda sobrenatural, pero en todos ellos lo que realmente importa son los sentimientos que consigue reflejar y transmitir al lector. A Liu no parece interesarle hablar de tecnología o de dioses como centro de sus cuentos, aunque los mismos estén llenos de velas solares, naves que surcan el espacio profundo, cámaras ocultas en implantes oculares, tubos neumáticos que discurren por debajo del océano Pacífico y conectan dos continentes, máquinas que gracias al entrelazamiento cuántico permiten ver el pasado, simulacros humanos con los que se puede interactuar, o todo tipo de hechos sobrenaturales, como seres con una forma humana y otra animal o personas capaces de otorgar un remedo de vida a los animales hechos de origami. Con ese ropaje el autor lo que hace en realidad es hablar de personas y de las cosas que les afectan, como el desarraigo geográfico y emocional, el choque cultural, las relaciones interraciales y el peso de la «herencia» —la ascendencia chino-estadounidense del autor seguro que tiene mucha influencia en su manera de encarar ciertos temas candentes—, los problemas de la comunicación ya sean idiomáticos o de sentimientos, la capacidad o no de empatía entre personas diferentes, la denuncia de la opresión, la injusticia o el olvido, el precio de la libertad, la importancia de la tradición y el saber antiguo del pasado para con el futuro, la «pertenencia»… Liu disecciona el alma humana —incluso cuando habla de razas alienígenas— e ilumina sus miserias con una mirada tan dura como bondadosa. En sus cuentos no hay respuestas fáciles o agradables destinadas a edulcorar los defectos de la humanidad, antes bien, muchos de sus mensajes son de lo más doloroso, pero su mirada está llena de amor. Sin duda esta antología contiene «todos los sabores» de la mejor comida que se pueda degustar. Cuentos que aúnan grandes temas, intensos sentimientos y una prosa magnificente, diáfana, bella y exquisita, recogidos en una estupenda edición en español que goza del acierto de una traducción que permite apreciar toda la voz del autor convirtiéndola en una de las mejores recopilaciones de autor único que un lector pueda llevarse a los ojos.

El volumen se abre con un interesante Prefacio a cargo del autor donde habla de su cariño por contar historias y reflexiona sobre los mecanismos de la comunicación, especialmente desde su vertiente como traductor, y los problemas de transmisión de los pensamientos, a la vez que le sirve para dar los debidos agradecimientos.

El primer relato, Acerca de las costumbres de elaboración de libros en determinadas especies, presenta, casi a modo de entrada enciclopédica, una «recopilación» de diferentes maneras de preservar conocimientos e historias de diversas razas alienígenas, y la manera en que los mismos influyen en la propia forma de pensar de sus formuladores, cómo el lenguaje moldea la forma de ser. Destaca por la imaginación con el realismo que Liu retrata a los seres extraterrestres, la «construcción» del mundo y sicología de cada uno, aunque la falta de un protagonista o una historia conductora hace que resulte un tanto «aséptico».

El segundo, Cambio de estado, presenta una sociedad donde en el momento del nacimiento el alma del recién nacido se materializa de una forma física de la que no pueden alejarse demasiado a riesgo de perderla. El relato sigue las vivencias de Rina, una mujer cuya alma tiene forma de cubito de hielo y vive siempre con el miedo de que se deshiele. Liu, de una manera poética, compasiva y hermosa revisa la forma que podrían tener las almas de diversas personas, famosas o anónimas, y la manera en qué afrontarían su vida, desde los más timoratos a los más arriesgados. El alma de T.S Elliot es una lata de café y vive a pequeños sorbitos, la de Cicerón un guijarro con el que aprende el secreto para mejorar su oratoria, la de Juana de Arco una rama de haya con la que se mantiene firme y pura, la de la mejor amiga de Rina en la universidad la de un paquete de cigarrillos... Enternecedor, divertido y suave, con un final encantadoramente sorpresivo, el relato es una reflexión sobre la fragilidad y la naturaleza caduca de la vida y una invitación a vivir sin miedo a arriesgar el alma.

Le sigue Como anillo al dedo, una distopía en toda regla, que bien podría ser un capítulo de Black Mirror, con un contenido de especulación del futuro cercano sobre el lugar a dónde nos llevan la dependencia de las redes sociales y de los buscadores de internet, del enfrentamiento que ya se vive hoy en día entre la privacidad y la voluntaria exposición de datos personales abiertos a cualquiera. Tilly, una especie de asistente a la manera de Siri o Cortana, y Centillion, una compañía a lo Google, entre otros programas, dominan y determinan el día a día de sus usuarios, con sus recomendaciones y sugerencias óptimas sobre cualquier detalle de la vida del usuario: planes de ocio, concertación de citas o encuentros románticos, decisiones empresariales, compras… Pero, ¿y si los propósitos tras la acumulación de datos informáticos para ofrecer una experiencia «mejorada» no fuesen tan inocentes como las compañías querrían hacer pensar? ¿Aquel que domina la información domina el mundo? Como poco es un relato inquietante, cuando no abiertamente alarmante.

Hulijing
En Buena caza, Liang, el hijo de un cazador de espíritus en la China rural asiste a su primera caza, la de una hulijing que tiene embrujado al hijo de un mercader. Pero las cosas no resultan como esperaba. Años después descubrirá que la magia está abandonando la región y que cada vez hay menos seres mágicos en ella, y la causa parece ser la construcción de un moderno ferrocarril. Pero la tecnología, como el uso de máquinas de vapor, que por un lado empobrecen la existencia espiritual y tradicional, trae una nueva era de maravillas a la que nadie parece poder resistirse. Se trata de una fábula fantástica, con un ligero sabor steampunk, sobre el paso del tiempo, sobre el precio de la innovación, sobre las diferencias e injusticias sociales, el colonialismo, el pago de viejas deudas, y sobre la manera de definir la propia identidad y la necesidad de adaptarse para sobrevivir en un mundo cambiante. Una historia rabiosa, cargada de ira, de tristeza y desesperación ante la inevitabilidad del cambio y de todo lo que se pierde con el mismo.

A continuación, en El literomante la hija de un estadounidense desplazado por temas laborales a Taiwán en 1961 se enfrenta al choque cultural, a la burla de las niñas hijas de militares compatriotas que le hacen un auténtico bullying, a la generosidad y amistad de un anciano y un muchacho chinos, a la magia de las palabras que encierran significados secretos que hablan del pasado, presente y futuro, en un relato que, con el trasfondo de los problemas de contraespionaje e insurgencia generados por el enfrentamiento con la China comunista a los que los EE.UU. de la Guerra Fría no pueden dar la espalda, retrata las difíciles relaciones entre padres e hijos cuando falla la comunicación, la adaptación sin renuncia a las raíces propias, la belleza de la amistad interracial, y el amor por la palabra escrita y todos los secretos que la misma encierra. Hermoso, desgarrador y estremecedor, reflejando distantemente algunos sucesos reales.

En Simulacro una nueva tecnología que permite la grabación de modelos o recreaciones digitales que capturan la esencia del sujeto grabado, sus patrones mentales, comportamientos y actuaciones, más allá de la mera exposición fotográfica o videográfica, es examinada bajo los puntos de vista alternos de un padre, el inventor de esa tecnología, y su hija, con una relación de incomunicación marcada por un suceso concreto. Un relato doloroso, que habla de los matices que toda historia tiene, de que quizá nadie tiene la verdad absoluta ni la disposición de juzgar a los demás, y de lo difícil, casi imposible, que resulta a los hijos aceptar la falibilidad de los padres.

El siguiente cuento, Regulada, es un tecno thriller noir, casi ciberpunk, de alto voltaje. En el Boston de un futuro no muy lejano una investigadora privada, con el debido pasado tormentoso y unas cuantas mejoras cibernéticas corporales, debe enfrentarse a la búsqueda del asesino de una joven prostituta a la que su asesino arrancó los ojos. Como es inevitable, conforme investigue va a descubrir que la historia tiene mucho más detrás, desde los motivos del asesino a los sentimientos de unos padres que no sabían a qué se dedicaba su hija. Liu sumerge al lector en un futuro en que las emociones han sido dominadas y pueden ser anuladas durante un periodo de tiempo determinado, aunque, como todo en esta vida, también tiene un coste. El autor disecciona la culpabilidad de quien en realidad no tiene culpa, las consecuencias que acarrea el intento de silenciar los sentimientos, el precio de las decisiones no tomadas o la dureza de otorgar un perdón imposible. Impresionante.

Imagen de: Wendell Dalit
El cuenta que da nombre a la antología, El zoo de papel, fue merecedor de los premios Nebula de relato corto 2011, Hugo de relato corto 2012 y World Fantasy de relato corto 2012, habiendo sido a su vez finalista de los premios Locus de relato 2012 y Theodore Sturgeon Memorial 2012. A través de una conmovedora y sentimental historia, el autor habla de las relaciones familiares, del desarraigo de aquellos que se sienten diferentes en su entorno, de la renuncia a las raíces culturales como forma de integración, del odio hacia uno mismo. Todo ello dotado de un toque de realismo mágico en forma de maravillosos animales de origami a los que una esposa, de origen oriental y trasladada a los EE.UU., insufla vida con su aliento para acompañar los juegos de su hijo, un niño que sólo busca encajar en su ambiente, ser «norteamericano», y que no parece saber lo que tiene hasta que lo pierde. Es esta una historia triste, angustiosa en el retrato de esa madre llena de amor e incomprensión, de sus dificultades de comunicarse, en esa manera que tiene de aferrarse a sus raíces y a su hijo, muy evocativa, real, dolorosa y emotiva.

Manual comparativo ilustrado de sistemas cognitivos para lectores avanzados. Otro de esos relatos al estilo de entrada de una enciclopedia de Acerca de las costumbres de elaboración de libros en determinadas especies en el que Liu ofrece pinceladas de fascinantes especies alienígenas, pero acompañado en esta ocasión de una historia de amor, de la manera en que afecta a la familia el deseo de una madre de viajar a las estrellas, que sirve de apoyo y le da mayor entidad. Como muchos de los cuentos del autor trata de la toma de decisiones dentro de la familia, del amor que a veces no todo lo puede, de la maravilla del universo. El autor camina entre el análisis científico y el lirismo poético para ofrecer un cuento tan esperanzador como triste.

En Las olas una nave generacional surca el espacio hacia 61 Virginis e. Hace tiempo que perdieron el contacto con la Tierra, pero una comunicación inesperada pondrá en sus manos una tecnología que cambiará su destino. Las familias, una vez más, se enfrentan a difíciles decisiones. Utilizar o no la tecnología separará la forma de ver y enfrentar el mundo de unos y otros. Como un relato de la Singularidad, introduciendo en el relato las historias de los diversos mitos de la creación de las culturas terráqueas, el autor, siempre con la mirada puesta en los lazos afectivos y el amor familiar, especula de forma notable, y emotiva, acerca de la evolución de la especie y los caminos posibles de la conciencia y la inteligencia.
Premio Hugo 2013, Mono no aware, ofrece una prosa de gran poder evocativo. Tras un cataclismo que destruyó la Tierra, Hiroto es un joven japonés a bordo de otra nave generacional —no tiene nada que ver con la del anterior relato a pesar de compartir destino—, la Esperanzada, donde viajan algunos de los supervivientes de la humanidad rumbo a una lejana estrella llamada 61 Virginis. Liu narra tanto su vida «actual» en la nave como el momento de su infancia marcado por la inminente amenaza del asteroide que se acerca implacable y la forma cómo consiguió plaza en el viaje interestelar. Un conmovedor relato de supervivencia, de desarraigo, de sacrificio y de esperanza aún en la más oscura de las situaciones. Simplemente hermoso. Inevitable terminar con el corazón en un puño.

Estatuilla de Guan Yu
Como se puede apreciar en cuentos anteriores, los niños juegan un papel muy importante en muchas de las historias de Liu, ya sea como protagonistas directos o como receptores de las lecciones de los adultos, de un saber que no debiera caer en el olvido. Algo así sucede en Todos los sabores, una novela corta cuya acción se sitúa en Idaho City en plena época de la apertura de nuevos territorios en el Oeste de los EE.UU. y de la fiebre del oro. Precisamente en busca del preciado metal, una pequeña colonia de obreros chinos se instala en la localidad, alquilándole un par de precarias casas al padre de Lily Seaver. Entre ellos la niña conocerá y establecerá amistad con Lao Guan, al que llamarán Logan, quien, mientras el grupo se va instalando cada vez más arraigadamente en la vida de la ciudad, le contará a la niña historias sobre su anterior vida en China y, especialmente, leyendas maravillosas como la del mítico «dios de la guerra» Guan Yu. Como en sus novelas más largas, Liu utiliza el recurso de introducir historias subsidiarias dentro del relato general para llevar al lector dónde desea. El choque cultural es inevitable, y la filosofía del trabajo de los chinos choca con la mentalidad de los colonos anglosajones, pero la adaptación e integración debe venir por ambas partes; no significa abandonar la cultura propia, sino saber aceptar y fundirse con la de los que reciben a uno, significa compartir. Mientras la madre de Lily se mantiene en una postura de ignorancia racista, el padre no dudará en probar sabores nuevos de la mano de sus «amigos» orientales, aún a costa de alguna arcada. Como la comida perfecta, el relato perfecto debe contener todos los sabores en equilibrio: dulce, amargo, agrio, salado y picante. Liu, sin duda, lo consigue una y otra vez.

Breve historia del túnel transpacífico es una ucrónica Historia alternativa en la que la Gran Depresión propició la iniciativa japonesa de construir un túnel bajo el subsuelo del océano Pacífico que uniera Asia con Norteamérica. Un túnel construido con mano de obra prácticamente esclava, campesinos arruinados y presos políticos de la China comunista invadida por Japón. A medio camino se encuentra Midpoint City, un lugar de transbordo donde reside uno de los últimos excavadores originales, un formosano que tras tanto tiempo trabajando bajo tierra no es capaz de volver a vivir en la superficie y que lucha por encontrar una salida a su soledad y al peso de sus recuerdos. Una historia que habla de la amenaza de los fundamentalistas de la supremacía de cualquier raza, de imperialismo —otro de los temas recurrentes del autor— y del racismo implícito, de desarraigo, de explotación y abuso de poder, y, sobre todo y como sucedía en Buena caza y en algún otro de estos relatos, del coste real que hay detrás de ciertos avances tecnológicos y de cuáles son aquellos que realmente merecen la pena, de la penuria de unos para la prosperidad de otros, de la indiferencia, crueldad y de lo que el hombre es capaz de hacerle al hombre. De la soledad, del precio del silencio, de los pequeños gestos que cambian las cosas a mejor, y de relaciones humanas más allá de lo que la «costumbre» busca imponer.

El Rey Mono. Imagen de: Thiphobia_artz
El maestro de litigios y el rey mono es una historia sobre la memoria y la justicia. Basado en un hecho histórico, Tian Haoli vive en una casa decrépita de una aldea en la China rural del siglo XVIII durante el reinado del emperador Quianlong. Es un habilidoso litigante que gusta de ayudar con sus argucias a las gentes menos favorecidas que tienen siempre las de perder en los tribunales inclinados a dar la razón a los poderosos. Tian sobrelleva una vida bastante mísera gracias a sus conversaciones y comilonas en sueños con el rey Mono, quien tanto le aconseja como se burla de él. En un momento determinado deberá tomar una decisión que, de una u otra manera, le acarreará importantes consecuencias. Con un inicio casi humorístico el tono pronto va cambiando hacia algo más oscuro, virando hacia lo decididamente trágico con intensas reflexiones sobre el heroísmo, la resistencia frente al abuso, la protección de la memoria —otro tema recurrente en Liu— y el amor por la verdad aunque la misma pueda no ver la luz en el transcurso de muchos años.

Y cierra la antología El hombre que puso fin a la historia: documental. Sobre la base del estudio de las atrocidades cometidas por el Escuadrón 731 del ejército japonés antes y durante la II Guerra Mundial, el autor plantea cómo la manipulación del pasado puede influir en las relaciones geo-políticas del presente ―o del futuro―. El descubrimiento de unas partículas cuánticas que hacen posible «observar» una sola vez momentos del pasado permitirían confirmar o negar ciertos hechos atroces nunca reconocidos por los sucesivos gobiernos japoneses. La utilización interesada y partidista de los datos recabados levantará una gran controversia, llegando a plantearse la cuestión de a quién, en el presente, pertenece el «pasado», pero sobre todo induce a cuestionarse sobre la insoportable barbarie de unos seres humanos sobre sus congéneres, sobre la atrocidad de los crímenes de guerra, la manipulación o el intento de refutación de la verdad histórica, la negación de consuelo a las víctimas… La estructura del relato responde muy acertadamente a la de un documental televisivo, con entrevistas, supuestas escenas y voces narrativas superpuestas a las imágenes. De apariencia formal y sencilla, consigue que la voz del escritor no ahogue el mensaje sobre un tema a priori tan doloroso y controvertido. Sencillamente desgarradora.

Algunos de los cuentos vienen acompañados de unas notas finales del autor que dan cuenta de la investigación científica, tecnológico o histórica que Liu ha llevado a cabo para su escritura, además de resultar toda una invitación a que los lectores interesados pueden seguir profundizando en cada uno de los temas tratados. El zoo de papel es una antología para leer, releer y volver a leer, a la que esta reseña no hace justicia en absoluto. Todos y cada uno de estos relatos rayan a buena altura, muchos rozando la absoluta excelencia. Sin olvidar contar una buena historia, con un gran envoltorio, el autor pone el peso en el aspecto emocional  de unos relatos que tanto tratan de la Historia o de lo mitológico como especulan con el futuro de una manera demoledoramente estremecedora a veces, devastadora y triste, esperanzadora en otras ocasiones. Liu consigue de forma magistral transmitir las ideas científicas o filosóficas envueltas en joyas literarias que a la postre vienen a ilustrar diversos aspectos de la condición humana, y que se resumen en que, como especie, somos mejores cuando nos abrimos y compartimos lo que somos con los demás, convirtiendo al «otro» en nosotros mismos. Hablando del pasado o del futuro, en realidad está hablándonos del día de hoy, reflejándonos y mostrándonos un camino.

4 comentarios:

Javi dijo...

Al final de tanto leer buenas opiniones voy a acabar leyéndolo y dejando de lado las dudas que me genera.

Saludos y muy buena reseña.

Santiago dijo...

Hola, Javi.

Yo la recomiendo sin reparos. Me parece de lo mejor que he leído en mucho tiempo. Un libro que seguro voy a releer en cuanto pase un poco de tiempo.

Saludos, gracias por el comentario.

pmoroa dijo...

Con esta reseña... ¡qué ganas de leerla!

Santiago dijo...

No te lo pienses. Es una lectura muy recomendable ;-)

Saludos