viernes, 18 de marzo de 2016

Reseña: Refugio_3/9

Refugio_3/9.

Anna Starobinets.

Reseña de: Santiago Gª Soláns.

Nevsky Prospects. Madrid, 2015. Título original: Убежище 3/9. Traducción: Marta Sánchez-Nieves Fernández. 352 páginas.

Starobinets es una autora que no gusta de poner las cosas precisamente fáciles a sus lectores. Tanto en su fantasía como en su ciencia ficción hay un alto componente de lo «extraño» filtrándose en las tramas que puede llegar a descolocar al más pintado. Refugio_3/9, su segundo libro publicado —cuarto en España—, no es la excepción; antes bien, es la suma de todo lo que hace a la autora tan especial e inquietantemente subyugante. La novela presenta un cuento de hadas retorcido y extraño, adulto y un tanto lisérgico, paranoico, con un toque perverso, doloroso y desconcertante; una pesadilla que mezcla la realidad con el folclore para hablar de familias desestructuradas, de la pérdida de la identidad, de conspiraciones en la red, de la desintegración de la sociedad moderna y de la llegada del fin del mundo —o de un fin de un mundo al menos—. Su retrato de la vida moderna es tan cautivador como terrorífico, y la parábola que encierra esta novela, que cada lector debe interpretar bajo su propia iluminación, habla directamente a las entrañas prescindiendo muchas veces de la razón. La autora obliga a implicarse, mucho, en el relato, a aceptar mucho, a interpretar mucho, pero el resultado en tan inquietante y extraño como gratificante.

Una fotógrafa rusa, que se encuentra en París cubriendo un reportaje y empieza a sentirse enferma, va a sufrir una radical metamorfosis. Se inicia un viaje a través de una Europa que empieza a antojarse un tanto onírica, hacia un país que se desmorona, buscando un desconocido Refugio 3/9 que salve a sus ocupantes del apocalipsis que se avecina. Un niño, el Niño, entra en una atracción de feria, la Cueva de los Horrores en la Ciudad de los Prodigios, sufre un «accidente» y su «realidad» se disocia… Starobinets lanza a sus lectores hacia unas tramas, muchas veces expuestas de forma fragmentaria, que se alternan sin aparente relación hasta que salta una chispa, se realiza una etérea conexión y todo comienza a adquirir un ilógico sentido. Las capas se superponen, la linealidad temporal se muestra totalmente alterada, de forma que la autora mezcla presente y pasado, saltando de uno a otro conforme la historia adquiere dimensión, cambiando de escenario, internándose en una geografía enormemente maleable, donde caminos, bosques y puentes no son siempre lo que parecen ni llevan a un destino determinado, sino que encierran más misterios de los que sería conveniente conocer.

Ladrillo a ladrillo la autora construye un laberinto narrativo de atmósfera agobiante, inmersiva, cargada de amenaza y plena de personajes angustiados y angustiosos. En la trama —las tramas— va intercalando pequeñas historias con otras más grandes a forma de matrioska, cuentos dentro de un relato mayor, llamadas a servir de ejemplo, de advertencia y de contrapunto a lo narrado en primer plano. Hay dos mundos. Uno real, donde las acciones tienen consecuencias insospechadas, aunque quizá no inesperadas, donde la enfermedad de un hijo puede motivar las más incomprensibles decisiones, donde la culpa puede doblegar los corazones y un matrimonio muchas veces no sobrevive unido a los tiempos difíciles, y donde un niño encerrado en un sanatorio debe crearse un refugio para salvar a todos los que pueda en el fin del mundo. Y hay un mundo de cuento de hadas nacido de todas las pesadillas conocidas, heredero del folclore realmente antiguo, antes de ser edulcorado por las versiones modernas, y que se superpone en ocasiones con la realidad, creando extrañas paradojas. Starobinets echa mano de la Rusia de ricas tradiciones, de Baba Yaga y su cabaña de patas de pollo, pero también de la Europa de la bruja de Hansel y Gretel rumiando maldades desde su casita de dulces un tanto putrefactos o de una especial variante de la Bella Durmiente. Es un retorno a los cuentos tradicionales que en realidad eran advertencias para los más jóvenes, normas de actuación y lecciones ante los peligros de la vida.

Sólo cabe dejarse llevar por la fascinación, por lo surrealista y por cierto absurdo kafkiano, intentando desenredar la madeja para ver dónde lleva. Aceptar que una mujer puede transformarse en un mendigo andrajoso, o en una araña, y recorrer un largo camino en su intento de comprender lo que está sucediendo sin claves ni puntos de referencia a los que aferrarse. Que un niño puede vivir dos vidas a la vez y convivir con personajes tan inquietantes como Tricéfalo —un ser con dos cabezas y el muñón de una tercera—, Liusifa —la Bruja Mala—, Durmiente, Aquel que Cuenta, Huesuda, Pantanoso, Aquel que no Puede Comer... Sin concesiones, la autora hace gala de una estructura abrupta y dispersa, que salta de un sujeto a otro sin explicaciones, con acciones que terminarán encajando y haciéndose comprensibles sólo mucho más adelante del relato. Hay que avanzar muchas veces a ciegas, dejándose llevar por la cadencia, y cruzando los dedos para que al final todo se desvele, aunque cuando el libro se cierra sea el lector quien deba decidir si lo que ha leído es una realidad, una fantasía o un delirio, si realmente existen los dos mundos allá reflejados o uno de ellos no es sino una imagen distorsionada del interior de una mente enferma. ¿Ciencia ficción de corte distópico mezclada con alucinaciones o retorcida fantasía oscura paranormal? Resulta imposible ponerle etiqueta.

Y es que dentro de un proceso de desintegración personal, tanto física como mental, de los protagonistas «principales», personajes en plena fase de disolución y transformación, Starobinets, como es habitual en sus obras, tampoco se priva de lanzar acerados dardos de crítica social. Rusia, la Madre patria, también se desintegra bajo el mandato de un presidente tan carismático como totalitario. En la Europa del bienestar las fronteras se cierran a los inmigrantes —y cuán actual resulta esta pequeña lectura soterrada—; la pobreza y la miseria se esconden bajo las alfombras, pero no pueden negarse; las enfermedades mentales se tratan como algo vergonzoso; las injusticias están a la orden del día; internet se convierte en la tribuna de conspiranoicos, iluminados y agentes del fin del mundo...

Refugio_3/9 es una novela francamente desconcertante, un tanto abrumadora, difícil y seguramente no «apta» para todo tipo de lectores, pero enormemente intrigante y satisfactoria para quien tenga la paciencia y la motivación como para avanzar entre las numerosas ramas del relato hasta conseguir obtener la visión del bosque en su conjunto. Starobinets mantiene a sus lectores en continua tensión, dejándoles miguitas de pan a modo de pistas para desandar el camino hacia la seguridad, pero haciéndole saber de algún modo que tal cosa no existe, que el hogar ha quedado atrás, que el refugio está muy lejos y el tiempo para alcanzarlo se está acabando. Al final, es cada lector quien debe decidir sobre la verosimilitud de lo que ha leído, sobre lo que es real y lo que no, y de su decisión dependerá tanto la interpretación como la satisfacción obtenida.

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